LEAH Y YO

mis demonios, mis furias, mis tristezas, mis miedos, mis risas, mis sueños, mis realidades, mis pocos amores y mis muchos desamores...

jueves, agosto 31, 2006

RETRATO:LIZZIE DUANY (sí, sí mi mejor amiga de la u)

Si le pidiera que se describiera me diría que es simplemente rubia. No hablaría de su nariz, respingona y protestante. No mencionaría su porte de amazona ni su gracia de secretaria, compulsivamente negaría el aura de chiquilla traviesa que la persigue. Tiene dos hijos que suman ocho patas y más de mil kilos, dos caballeros con crin y herrajes que merecen toda su atención y le roban horas de sueño. Y cuando se yergue en sus lomos se entiende el porqué de sus 58 kilos en su 1.70m. Nada corta el viento como sus brazos tirando de las riendas, nada encaja tan bien como su pie en el estribo.
En 24 años nunca ha sido Lizzia, siempre Lizzie, un alter ego más personal. Siempre un gesto de estrella, como si estuviera entre paréntesis, uno hasta llega a pensar que nunca suda. Y sin embargo, la ves criticar al mundo, a la computadora que se cuelga, al estacionamiento lleno, a la vendedora que no tenía vuelto.
Parece que se enfrascara en su mal humor, cuando su boca se empieza a hacer más delgada, si eso fuera posible, y se toca el pelo solamente con dos dedos. De día zapatillas, de noche botas. De día pelo amarrado, de noche suelto. En las mañanas gimnasio, a media tarde box y entre comidas solamente agua. Una vez la escuché cantar correctamente la letra de una canción, una sola vez. Y sin embargo, recuerda todo mito griego y sus respectivos personajes con nombres de más de seis sílabas.
Ácida en el tiempo y la medida correctos, una risa es siempre en ella una carcajada. No pretende la sabiduría pero su voz deja siempre un sabor en el aire, pica, y aunque no lo quiera creer endulza.

AUTORETRATO: LEAH Y YO

Falange de menos en dedo medio de mano derecha. Dificultad para el enfoque visual a larga distancia. Perdido sentido de la ubicación. Tamaño por debajo de las repisas promedio. Cejas subrayadas y dientes enemistados. Una chica Almodóvar.
Odio las sandalias y los cortometrajes experimentales. Me molestan las madrugadas en la sierra y me dan asco los poros del cuerpo. No entiendo a las personas que preguntan: ¿En qué curso te han mandado a leer eso? Creo que bailar es soñar con los pies y que el infierno son los otros, aunque el cielo no sea uno mismo. Nunca admitiré en público que lloré en el Metropolitan Opera ni que extrañé al Perú cuando me intercambié en Chile. No creo tener 21 años ni ser estudiante de periodismo, creo que todo eso lo puede curar el tiempo.
Amo mi cuello y odio mis piernas, aunque sospecho que los otros dirán viceversa. Me sobran razones a cada lado de la cintura y nunca me pongo en términos medios. Prefiero a Pelé que a Maradona, a los Beatles que a cualquier quinteto. Puedo quedarme callada pero nunca sin algo que decir, quisiera que alguien me pida "escribe aunque sea en las paredes." Para atar mis dedos olluquitos a un teclado y dejar de hablar sola en la oscuridad. Y tal vez dejar de creer tanto en las mujeres y dudar menos de dios porque es posible que no sea hombre.

domingo, agosto 13, 2006

POESÍA: PENNY LANE


Es como pasarse la vida queriendo ser Penny Lane, para estar en sus ojos y sus oídos, cada vez que de vuelta el disco. Y saber que esa magia y belleza solo caben en un breve espacio de tiempo. Donde no hay sábanas sucias, caras sin maquillaje que dicen "buenos días", ni recepcionistas de hostales. Es pretender repetir las miradas del primer encuentro, la angustia, la intriga y el beso. Y tú sabes que eso es lo único cierto, ese algo en la forma en que ella se mueve. Aunque nos pasemos el resto de la vida buscándolo, esperándolo y escribiéndolo, para no morir en el intento.